Alimentación del Milpiés Gigante Africano: Qué Comen y Cómo Asegurar su Salud Óptima.

 El milpiés gigante africano —sí, ese bicho que parece salido de un cómic postapocalíptico— puede ser, sorprendentemente, una de las mascotas más tranquilas del planeta. Son enormes (¡y eso no es exageración!), pero también dóciles y hasta entrañables si los miras bien. Ahora bien, mantenerlos felices no es solo cuestión de ponerles una hoja al lado. Spoiler: su dieta no incluye pizza ni galletas.

¿Y de dónde vienen estos encantadores monstruos? Pues de las selvas tropicales y sabanas húmedas del África subsahariana (sí, con "a" minúscula, cosas que pasan...). Allí viven entre hojas, tierra rica y un sinfín de aromas húmedos, como ese olor a lluvia que a algunos nos hace viajar en el tiempo —como cuando salías al patio con las zapatillas mojadas. ¿Te acuerdas?

En su hábitat natural, estos milpiés gigantes son como los basureros del ecosistema:

  • Hojas muertas
  • Frutas maduras caídas (casi chuchurrías)
  • Madera podrida
  • Hongos
  • Y de vez en cuando... restos de animalitos (ugh, sí, pero así funciona la cosa).

Este menú detritívoro (sí, así se llama, aunque suene a hechizo de Harry Potter) cumple un rol clave en la naturaleza. ¿Genial? Más bien... imprescindible.

Ahora bien, replicar eso en casa sin acabar con olor a compost en tu salón es todo un arte. Vamos a ello.

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Frutas que le flipan al milpiés (y no le revuelven el estómago)

Hay que ir a lo fácil:

  • Plátano bien maduro (pero sin cáscara, porfa)
  • Papaya jugosa
  • Mango
  • Melón fresquito
  • Manzana sin semillas
  • Pera blandita
  • Fresa, pero sólo de vez en cuando (como un capricho dominguero)

Consejillo: cambia cada día y no pongas mucha cantidad. Esto no es un bufé libre.

Verduras que sí, otras que crash total

Hay que ser selectivo, porque no todas las verduras son bien recibidas (ni digeridas). Las que van bien:

  • Pepino
  • Calabacín
  • Zanahoria rallada (¡más fácil de tragar!)
  • Lechuga romana o escarola
  • Espinaca: en microdosis (como si fuera oro en polvo)

Y sí, mejor crudas. ¿Por qué? Porque cocidas pierden nutrientes y pueden fermentar antes. O eso dicen los que saben.

Y hablando de hojas secas y maderas podridas...

Estos tipos las aman. Las buscan. Las devoran. Pero ojo:

  • Que sean de roble o haya (nada de eucalipto o pino, eh)
  • Sin pesticidas (no vamos a cargarnos al pobre bicho)
  • Enmohecidas de forma natural, como las que encuentras detrás del trastero de la abuela. Bueno, quizá no exactamente esas.

Un truquillo: si dudas, hornéalas 30 minutos a 100 ºC. Eso mata bichos indeseados sin convertirlas en cenizas. ¡Uf!

El calcio: el suplemento que no sabías que necesitaba tu milpiés

¿Te sorprende? Pues sí, también necesitan calcio.

  • Cáscara de sepia rallada (como si fuera parmesano, pero... para insectos)
  • Cáscaras de huevo esterilizadas
  • Polvo mineral especial para reptiles/invertebrados (1 vez por semana y listo)

Y sí, puede parecer exagerado, pero un milpiés sin calcio se vuelve blandengue. Literal.

Cosas que NO debe comer (ni aunque lo mires con ojitos)

No todo lo que se ve apetitoso es buena idea. Prohibidísimos:

  • Cítricos (ácido = crash digestivo)
  • Tomate
  • Papa cruda
  • Cebolla, ajo y cosas por el estilo
  • Pan, leche, carne —ni pensarlo
  • Comida humana con sal o especias
  • Frutas con ceras, pesticidas o etiquetas que digan "no lavar" (¡en serio!)

Esto me recuerda a cuando mi primo le dio pizza a su iguana... bueno, da igual.

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Menú semanal (más o menos equilibrado, sin caer en gourmetismos)

Día Fruta Verdura Extra
L Plátano Pepino Hojas secas
M Melón Zanahoria rallada Calcio (sepia en polvo)
X Pera Calabacín Madera podrida
J Papaya Lechuga romana
V Manzana sin semillas Pepino Hojas secas
S Mango Zanahoria Calcio
D Fresa (opcional) Espinaca (poquita) Madera vieja

Fácil, ¿no? Bueno... más o menos.

Agua: no basta con rociar y ya

El agua debe estar siempre, pero sin pasarse de listillo:

  • Plato bajito con agua limpia
  • Rociar el sustrato a diario (humedad del 80-90%, ni seco ni pantanoso)
  • Frutas jugosas ayudan (y mucho)
  • Evita cualquier recipiente profundo. ¿Ahogarse en casa? No, gracias.

El drama del moho: cómo evitarlo antes de que huela a pantano

  • Quita la comida a las 24-48 h
  • Usa hojas grandes o platos para colocarla
  • Nada de poner frutas al sol directo (maduran = fermentan = desastre)
  • Ventila bien el terrario. ¡Que no parezca un búnker!

¿Y si ya huele raro? Pues... a limpiar se ha dicho.

¿Y si quiero usar comida de la calle?

Vale, puedes recolectar hojas o maderas, pero:

  • Aléjate de calles, parques con pesticidas y cultivos
  • Esteriliza (horno o agua caliente)
  • Nada resinoso ni raro. Si dudas, ¡mejor no!

Un poco como buscar un Tamagotchi en buen estado en 2025... complicado, pero no imposible.

FAQ con respuestas sinceras (y sin rodeos)

¿Fruta a diario?

Sí, pero sin pasarse. Cambia variedad y controla cantidad. Demasiado... y tendrás un milpiés con gases (y eso no es broma).

¿Cómo sé si está bien nutrido?

Caparazón brillante, cuerpo firme, activo. Y excrementos bien formaditos. Feo de decir, pero útil.

¿Cuántas veces come?

Varias al día. Si hay comida, él sabrá cuándo. Sólo asegúrate de ofrecerla 1 vez al día, fresquita.

¿Qué alimentos están prohibidos?

Cítricos, tomate, cebolla, carne, sal, lácteos, pesticidas. Sí, es mucho, pero no te la juegues.

¿Cómo preparo la comida?

Lava bien, corta en trozos pequeños, colócala sobre una hoja o platito. Fin.

¿Necesita pienso?

No, pero puedes darle alimento para caracoles o tortugas a veces. No sustituye, solo acompaña.

¿En resumen?

El milpiés gigante africano es como ese tío callado en la cena familiar: parece raro, pero es fácil de llevar... si sabes cómo tratarlo. Su dieta no tiene por qué ser complicada, pero sí debe ser cuidada. Y aunque no te lo agradezca con mimos, su caparazón brillante y su andar tranquilo te dirán que vas por buen camino.

Eso sí... si un día desaparece parte del decorado del terrario, ya sabes: probablemente se lo ha comido.

¿Te ha servido? ¡Pues compártelo! Aunque sólo sea para que alguien más diga: "¿En serio alguien tiene uno de esos en casa?".

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