Vale, lo primero: hay una tarántula que hace ruido cuando se siente en peligro. Sí, ruido. Como si una araña no fuera ya bastante inquietante. Pero eso es solo la puntita del iceberg peludo. ¿Son tan letales como dicen? ¿Tener una en casa es locura o lifestyle? Sigue leyendo, y quizás te lleves una sorpresa. O dos.

¿Qué demonios es una tarántula?

En términos técnicos —porque hay que ponerse serios, aunque sea un poco—, la tarántula es una araña grandota, de esas que no pasarían por la rendija de la ventana (ni lo intentes). Su cuerpo está cubierto de pelillos que parecen suaves, pero... ¿te acariciarías el brazo con eso? Ya te digo yo: mejor no.

Clasificación rápida (y aburrida, pero necesaria):

  • Reino: Animalia
  • Filo: Arthropoda
  • Clase: Arachnida
  • Orden: Araneae
  • Familia: Theraphosidae

Ya está, suficiente academia por ahora. Aunque, curiosamente, esto me recuerda a los días del Tamagotchi, cuando tener una “mascota exótica” era cuestión de batería, no de veneno.

Rasgos de este peluche con colmillos

Las tarántulas no vienen en una sola talla. Algunas apenas alcanzan los 5 cm, mientras que otras... bueno, pueden llegar a los 30. Como una regla escolar, pero con patas.

  • Cuerpo: dividido en dos zonas, cubierto de pelos sensitivos (pero no dan gustito, créeme).
  • Colmillos: Grandes. Inyectan veneno. No matan (normalmente).
  • Colores: Marrones y negras la mayoría. Algunas lucen azul eléctrico o rojo furia. Casi que parecen Pokémon salvajes.

¡Uf! Solo de imaginarlas, uno siente ese olor a tierra mojada que queda tras una tormenta en la selva… naturaleza pura, salvaje, visceral.

Tarántula


¿Dónde se esconde la tarántula cuando no está asustando gente?

Por todas partes, más o menos. Desde México hasta Argentina, pasando por África, partes de Asia y un trocito de EE. UU. Sur. El tipo de hábitat va del desierto reseco a selvas que sudan humedad por los poros.

  • Bosques tropicales (mojados y llenos de bichos).
  • Sabanas y matorrales (¿te suena El Rey León?).
  • Zonas áridas que parecen sacadas de Mad Max.

Viven donde pueden: cuevas, debajo de troncos, huecos de piedra... algunas incluso trepan árboles. ¿Genial? Más bien... cuestionable.

¿Cómo se comporta esta señora de ocho patas?

No es la fiestera del mundo animal, eso seguro. Nocturna, solitaria y con cero interés en socializar. De día se esconde; de noche sale a cazar. Como el primo gamer que vive en la oscuridad.

Y no hace telarañas tipo “atrapar bicho” como Spiderman. Prefiere el método ninja: acecha, embosca y zas, presa KO.

Alimentación: menú del día

En libertad

Su dieta no es para estómagos sensibles:

  • Insectos varios
  • Lombrices (glamour nivel cero)
  • Pequeños reptiles
  • A veces, hasta pajaritos

Las paraliza con veneno y luego las digieren por fuera con enzimas. Sí, como si vomitaran digestivo encima y luego lo sorbieran. Delicioso.

En cautiverio

Aquí el menú se vuelve... más logístico:

  • Grillos (¡los clásicos!)
  • Cucarachas
  • Gusanos de la harina
  • Ratones recién nacidos (para las grandotas)

Esto me recuerda a cuando intenté alimentar a un pez glotón con jamón serrano. No salió bien. Pero eso es otra historia.

Vida, pasión y muerte de una tarántula

  • Cortejo: El macho baila (literal) con sus patas. Si no la convence, puede acabar como snack.
  • Huevos: La hembra pone de 50 a 2.000. (Pausa para flipar).
  • Ninfas: Nacen chiquitas, mudan varias veces. Como cambiar de piel para crecer.
  • Esperanza de vida: Ellas viven hasta 25 años; ellos, entre 3 y 6. ¿Injusto? Depende de cómo lo mires.

Sistema de defensa: más allá del susto

Tienen un arsenal digno de videojuego:

  • Pelos urticantes: Los lanzan con las patas. Y escuecen.
  • Postura de amenaza: Patas al aire, colmillos listos. ¿Ataque o show?
  • Veneno: No mortal, pero te puede arruinar el finde.
  • Fingen muerte: Hollywood style. Ni se mueven. Crash emocional total.

Las top models del mundo tarántula

  • Brachypelma smithi – Mexicanísima, con rodillas naranja neón.
  • Grammostola rosea – Rosadita y amable. Ideal para novatos.
  • Poecilotheria metallica – Azul metálico. Tan rápida como guapa.
  • Theraphosa blondi – La más grande. Y no es broma. Mide como un control remoto gigante.

Humanos vs Tarántulas: ¿Duelo o amor platónico?

¿Son peligrosas?

No tanto como te hizo creer la tele. Su veneno rara vez mata (menos aún si no eres alérgico). Es más probable que te ataque una abeja. Literal.

¿Mascotas?

Sí, pero ojo: no son peluches. No se abrazan. No juegan. Solo existen y comen grillos. Eso sí, requieren poco mantenimiento. Como las plantas... pero más patas.

Tarántula-2


Cosillas random que molan (o dan cosa)

  • Pueden regenerar una pata tras mudarla. Como un superpoder.
  • Algunas "cantan" cuando están molestas. En serio, hacen ruidito.
  • Las mudas no solo cambian la piel: también renuevan colmillos, pulmones y hasta genitales. Sí, eso.
  • ¡Imagínate si nosotros pudiéramos hacer eso! Tipo: "Uy, hoy me saco otra piel, que esta ya está gastada".

Mitos (de esos que se dicen en voz baja)

"Te matan de una mordida."

Nah. El veneno es menos fuerte que el de una avispa.

"Son hiperagresivas."

Falso. Solo atacan si no les das chance de escapar. Son más zen de lo que parecen.

"Saltan como locas para cazarte."

Solo si están acorraladas. No es que vayan por ahí en plan ninja asesino.

Entonces… ¿nos reconciliamos con la tarántula?

No son monstruos. Son depredadores necesarios, controladores de plagas y habitantes clave en muchos ecosistemas. Si te apasiona la naturaleza (o flipas con cosas raras), este bicho te puede enseñar mucho. Y no, no hace falta tener una en casa (aunque si quieres, pues… vale, tú mandas).

¡Ahora te toca a ti! ¿Te atreverías a ver una tarántula en la selva o criarla en tu cuarto? ¿Flipante o demasiado freak? Cuéntamelo, comparte este texto con tu colega fan de los bichos, y pásate por nuestras otras historias. Seguro hay alguna que te hace reír, pensar... o rascártela cabeza como si sintieras pelitos invisibles.