¿Te has preguntado alguna vez por qué hay gente que prefiere tener un mini-dragón en casa antes que un perro? Flipante, ¿no?

Pues ahí lo tienes: el dragón barbudo (o Pogona vitticeps, si quieres sonar listo en una conversación de ascensor) es la mascota exótica favorita de muchos no por moda, sino porque... bueno, es un bicho de lo más majo. Se comporta como un viejo sabio —sereno, observador— que se echa bajo una lámpara UVB como si fuera un turista inglés en Benidorm. Ahí sentado. Tranquilito.

Lo miras y piensas: “Este tío sabe cosas”. Pero claro, no basta con ponerle un nombre épico como Thor o Pepe Dragón. ¿Sabes realmente lo que necesita para estar de lujo?


Vamos al lío, aunque aviso: esto no es una lista random de consejos. Es un combo supremo de datos útiles, mitos, y alguna que otra ida de olla.

Dragón-barbudo


¿Qué narices es un dragón barbudo, y de dónde ha salido?

Nombre técnico y origen (por si te lo pregunta tu cuñado)

El Pogona vitticeps es originario de Australia, tierra de bichos mortales y gente que dice “mate” con naturalidad. Proviene de zonas áridas, donde el calor pega duro y la sombra es un lujo.

Tiene una "barba" escamosa que infla cuando se enfada o se hace el interesante. Algo así como cuando finges que sabes usar Excel en el trabajo. ¿Genial? Más bien... teatral.

Físicamente hablando...

  • Tamaño: entre 40 y 60 cm (sin tacones).
  • Vida: 8-12 años si le das una vida digna (nada de sustratos chungos ni UVB cutres).
  • Colores: gris, rojizo, amarillo... hasta uno que parece oxidado.
  • Variantes: existen formas raras tipo leatherback o hypo. Como si fueran Pokémon, pero sin evolucionar.

Esto me recuerda a una iguana que conocí en un camping de Tarragona… aunque no viene al caso. En fin.

¿Por qué mola tener uno? ¿No sería mejor un gato?

  • Temperamento: chill. No te va a morder por mirarlo mal.
  • Lo puedes manejar fácil, incluso con niños (aunque no con suegras).
  • Come de todo un poco y no exige croquetas veganas.
  • No necesita una mansión, con un terrario bien montado le basta.

🦎 Consejito entre compis: Si no quiere comer, no es que sea snob. Algo falla. Revísalo.

Terrario ideal (porque no va a dormir en tu cama, ¿verdad?)

  • Mínimo: 120x60x60 cm. Más grande, mejor. Siempre.
  • Material: cristal o madera ventilada. Nada de plásticos feos.
  • Decoración: ramas, rocas, escondites... Hazle un Airbnb deluxe.

Luz y calor, o se te congela como Windows 98:

UVB de calidad: mínimo 10-12 h/día. Usa tubos T5 (Arcadia o ReptiSun, por ejemplo).

Calor: bombilla halógena o cerámica. Crea un punto de asoleo. Esencial, como el café de media mañana.

Temperaturas clave (que esto sí importa, ojo):

  • Zona caliente: entre 38-42 °C
  • Zona fría: 22-28 °C
  • Noche: jamás por debajo de 18 °C

La humedad, por cierto, ni mucha ni poca: 30-40 %. Más alta y empieza el drama respiratorio.

Sustrato: el eterno debate

  • Crías: papel toalla. Lo de siempre. Seguro, barato y fácil.
  • Juveniles/adultos: alfombra tipo Reptile carpet o baldosas.

Evita arena suelta, sobre todo si es joven. Se la traga. Spoiler: impactación, veterinario, y billetera llorando.

¿Y de comer qué le das, bollicaos? Nope.

Etapas y menús random pero equilibrados:

Bebé (0-5 meses):

  • 70 % bichos (grillos, cucas, gusanos).
  • 30 % veggies (rúcula, calabacín).
  • 2 o 3 comidas al día. ¡Vaya apetito, eh!

Juvenil (5-18 meses):

  • 50/50 entre bichos y vegetales.
  • Puedes meter fruta a veces: papaya, mango, sin fliparte.

Adulto (+18 meses):

  • 70 % vegetales, 30 % insectos.
  • Una toma diaria. Sí, como los jubilados.

💡 Ejemplo que me inventé pero funciona:

Lunes = grillos + escarola

Miércoles = cucas + zanahoria

Viernes = gusano + kale (o col rizada, si quieres sonar fit)

Suplementos que no deben faltar:

  • Calcio con D3: 3 veces/semana.
  • Multivitamínico: 1 vez/semana.
  • Espolvoreado sobre insectos. Sí, como si les echaras azúcar glass. Pero no lo hagas, claro.

Comportamiento dragonesco

  • Cabeceo: está ligando o diciendo “yo mando”.
  • Patita girando: sumisión. Una monada.
  • Barba inflada: estrés o susto. O vio su reflejo.
  • Cambio de color: regulación térmica... o mal humor, quién sabe.

Problemas comunes de salud (y no, no le puedes dar ibuprofeno):

  • Impactación: por sustrato malo.
  • MBD (metabolismo óseo deficiente): falta de calcio/UVB.
  • Parásitos: comida sucia, hábitat guarro.

⚠️ Si no come en 5 días, algo va mu mal. Llama al vet (uno que sepa de reptiles, eh, no el que atiende canarios).

La muda: ese momento raro pero natural

  • Crías: mudan seguido, a lo loco.
  • Adultos: por zonas. Se pelan como pegatina vieja.

¡Uf! Da grimilla a veces, no te voy a mentir. Pero ayuda darle baños tibios. Agua entre 30-35 °C, 10 minutos, sin jabón ni esencias de vainilla.

Reproducir dragones (solo si sabes lo que haces)

  • Machos: poros grandes, dos bultos en la base de la cola.
  • Hembras: cuerpo más ancho, un solo bultito.

Cortejo: cabeceo, persecución, mordiscos... como telenovela venezolana.

Puesta: 1-3 por temporada. Hasta 20 huevos cada vez. ¡Flipas!

Incubación: 28-30 °C, durante 55-70 días. Nada de meterlos en la tostadora.

¿Bañarlo? Sí, pero no te pases.

  • Agua tibia.
  • Sin jabón.
  • 1-2 veces por semana.
  • Toalla suave para secar. No uses la de la abuela.

🧼 Tip muy tip: esto ayuda a la muda y evita deshidratación.

Manejo y socialización (o cómo ganarte su respeto)

  • Muévelo con calma.
  • Nunca por la cola.
  • Sostenlo desde abajo.
  • Dale insectos cuando te vea: asociación positiva, estilo Pavlov.

Curiosidades random que te harán parecer experto:

  • No escupe fuego. Ya lo sabías.
  • Reconoce a su humano con el tiempo (como el furby, ¿te acuerdas?).
  • Diurnos: más activos por la mañana.
  • En la naturaleza viven menos. Obvio, depredadores everywhere.

Dragón-barbudo-2


Preguntas que seguro te hacen (y cómo no parecer un novato):

– ¿Cuántas veces come?

Crías: 2-3 veces. Adultos: 1.

– ¿Puedo tener dos juntos?

No. Dos machos: bronca segura.

¿Veterinario normal?

No. Necesita uno de exóticos.

¿Puede estar suelto por casa?

Sí, un rato y con supervisión. Nada de Netflix mientras lo dejas por ahí.

– ¿Y si no come?

Revisa temperatura, UVB, estrés, parásitos. Si nada cambia, vet al canto.

En resumen: tu dragón barbudo no es solo un bicho, es un compañero

Cuídalo bien y tendrás años de aventuras juntos (y fotos raras para Instagram).

Comparte esta guía con tu primo friki, el del acuario lleno de peces con nombres nórdicos, o simplemente... úsala para flipar un poco más con ese lagarto que, de alguna manera, huele a lluvia y te mira como si supiera tus secretos.


¿Todo claro? Bueno… claro, claro… ya me entiendes.