¿Por qué querrías un reptil en tu casa?
A ver, tener un reptil puede ser una pasada. Para peques, para adultos que quieren algo diferente… o para gente que ya probó con peces y dijo: “meh, quiero algo con más carácter”. Suena bien, ¿no?
Mucha gente los elige porque:
- No sueltan pelo. Ni maúllan, ni ladran.
- Ocupan menos espacio que un husky, desde luego.
- Son como hipnotizantes de ver. Te quedas embobado.
- Enseñan responsabilidad, sí, pero sin el drama emocional de un perro.
PERO. Y aquí viene el pero gordo. Lo de que “requieren poco mantenimiento” es un mito. Un mito tipo: los chicles se quedan pegados al estómago 7 años. ¡Uf! Ni tanto ni tan poco. De hecho, su entorno tiene que estar más calculado que la temperatura del horno para hacer macarons.
¿Y qué tipo de reptil puedes adoptar?
Vale, aquí entramos en terreno más técnico. Pero tranqui, te lo traduzco al lenguaje humano:
Lagartos
- Gecko leopardo: súper amigable, no muerde ni nada. Ideal si eres de los que se asustan con las uñas del gato.
- Dragón barbudo: activo, simpático. Como el vecino que siempre saluda pero no se mete en nada.
- Anolis: van a mil por hora. Requieren humedad, no son de estar quietos.
Serpientes
- Serpiente del maíz: relajada, tranquila. Vamos, una colega zen.
- Python bola: más grandecita, pero se enrolla (literalmente) sin drama.
Tortugas
- Tortuga rusa: terrestre, herbívora. Más lenta que el WiFi en casa de tus abuelos.
- Tortuga de orejas rojas: le va el agua. Pero ojo, necesita más cosas que una pecera con piedras.
Camaleones
- Camaleón velado: belleza de otro mundo. Pero más exigente que un Tamagotchi en huelga.
¿Genial? Más bien... cuestionable si no tienes paciencia.
Pros y contras de tener un reptil (spoiler: hay sorpresas)
PROS
- Larga vida (algunos te van a sobrevivir).
- No hacen ruido.
- No hace falta sacarlos a pasear con correa.
- Necesitan luz UVB, humedad, calefacción… vamos, que ni en un spa.
- Comen cosas vivas. Y no, no puedes darles sobras.
- No son de cariño. O sea, si buscas mimos… mejor un gato (o una planta).
Cosas que nadie te cuenta (pero yo sí)
Te vas a sorprender. Bueno, ojalá no. Pero por si acaso:
- Hay reptiles que odian el contacto humano. Tipo: les tocas y te miran como si los hubieras traicionado.
- No te van a reconocer. O sí, pero no como tú esperas. Tal vez como "el humano que trae comida".
- Su decoración no es por estética. Si les falta una cueva o una liana, enferman. Tal cual.
- Y sí, pueden transmitir salmonella. Sobre todo las tortugas. Así que… agua y jabón a full.
Esto me recuerda a cuando mi primo trajo un camaleón a casa en una caja de zapatos. Bueno, da igual. La historia no acabó bien.
¿Y la ley qué dice de todo esto?
Depende del sitio. Como siempre, la burocracia se pone creativa:
- En España, hay especies vetadas o que necesitan permiso especial. Como las iguanas verdes.
- En México, la SEMARNAT regula muchísimo todo lo que respire.
- En Argentina y Chile, importar un reptil es como pasar una botella de vino en un aeropuerto suizo: complicado.
¿Conclusión rápida? Pregunta antes de comprar. No improvises, que luego vienen los sustos.
Hábitat, alimentación y salud: no es un terrario, es su mundo
Hábitat
- Terrario que aguante su tamaño adulto. No te emociones con el tamaño bebé.
- Temperatura controlada (almohadillas térmicas, bombillas, sol indirecto).
- Humedad adaptada (sprays, esponjas, lo que toque).
- Luz UVB: sí o sí. Sin eso, el calcio no se absorbe. Se deforman. Literal.
Alimentación
- Si es insectívoro: grillos, cucas, gusanos (ew).
- Si es herbívoro: hojas verdes, frutas y verdura fresquita.
- Si es carnívoro: ratones o peces congelados. Nunca vivos, please.
Salud
- Revisión veterinaria mínimo 1 vez al año. Cada 6 meses es mejor.
- Limpieza del terrario semanal.
- Observarlos todos los días. Si deja de comer o cambia de color, algo pasa.
Dinero, siempre dinero…
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Cuidados emocionales… ¿tienen de eso?Pues sí. O al menos, lo suyo:
Interactuar cada día no es para hacer bonding, es para detectar cambios. Es más ciencia que cariño, pero igual conecta. Errores clásicos (que tú vas a evitar, claro)
¡Ah! Y no te olvides del agua. Algunos reptiles no beben si no ven movimiento en el agua (cosas de la evolución…). ¿Cuál es el mejor reptil para empezar?
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Cierre (pero con intención)Adoptar un reptil puede ser mágico, frustrante, hipnótico y educativo… todo a la vez. Si te gusta observar, aprender y cuidar (sin esperar amor a cambio), estás en el camino correcto. Pero infórmate. En serio. No es cosa menor. Comparte este artículo si conoces a alguien que sueña con tener una iguana. Quizá no sea lo suyo. O sí. Pero al menos, que sepa en lo que se mete. | |||||||||||||||||||
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