¿Tu mantis no come y estás medio paranoico? Tranqui, respira. No siempre es drama. A veces, simplemente están de mudanza interna, por decirlo así. Otras, sí, algo anda mal (¿quizás ese mosquito callejero que le diste?). La alimentación de estos bichos es más lógica de lo que parece... pero también más delicada. Aquí vamos —con todo y anécdotas raras— a desmenuzar el menú ideal de tu pequeña depredadora.

¿Qué se zampa una Mantis religiosa cuando nadie la vigila en la selva?

Pues... lo que pille con esas patas ninja. Literal. En la naturaleza, estas máquinas vivientes cazan a plena luz del día (aunque a veces también en sombra, ojo). Su dieta base es insectívora y, si hay suerte, algo más.

Presas favoritas:

  • Moscas
  • Mariposas (¡sí, las bonitas!)
  • Grillos
  • Arañas
  • Saltamontes
  • Ocasionalmente bichos más pequeños, incluso parientes cercanos

¿Y sabes qué? Hay reportes (rigurosos, ¿eh?) de mantis adultas que se comen colibríes. ¿Genial? Más bien... cuestionable.

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En casa: cómo alimentar sin montar un zoo improvisado

Tener una mantis no implica que debas convertir tu habitación en un criadero, pero algo de logística sí hay. Tienes que recrear, a tu manera, ese instinto cazador.

Lo recomendable:

  • Drosophila melanogaster (las mini mosquitas de fruta): para bebés mantis.
  • Grillos de criadero (de los pequeños): proteína pura.
  • Blapticas (esas cucarachas no invasoras): nutritivas y lentas.
  • Mosquitos... solo si los crias tú. No del parque, por favor.
  • Tenebrios baby: solo de vez en cuando (pueden ser muy grasientos).

Y sobre todo, nunca le pongas una hamburguesa. Ni una uva. Ni pan. Tu mantis no es fan de los brunch.

¿Con qué frecuencia? ¿Es esto un brunch o un ayuno?

Cada etapa tiene su ritmo. No es lo mismo una ninfa de dos días que una matriarca lista para reproducirse.

Etapa Presa ideal Frecuencia
Recién nacida Mosca de fruta (tiny) Cada 1-2 días
Subadulta Grillo pequeño, mosca viva Cada 2-3 días
Adulta Grillo mediano, blaptica Cada 3-4 días

Consejillo: si ves que su abdomen parece globo de feria... frena. Puede estar a punto de mudar y no le hará gracia que le pongas un saltamontes en la cara.

Los buenos, los feos y los peligrosos (insectos, claro)

✔️ Recomendados:

  • Drosophila hydei: perfectas para las mantis que aún no pagan alquiler.
  • Achetus domesticus: grillos comestibles, pero no los dejes sueltos.
  • Blaptica dubia: top para mantis adultas y tranquilas.
  • Saltamontes: porque saltan como si tuvieran Spotify en repeat.

❌ Peligrosos:

  • Escarabajos con mandíbula de Predator.
  • Orugas con pelitos urticantes (spoiler: no son suaves).
  • Bichos callejeros con pesticidas... o peor, con olor a lluvia tras coche.

Métodos para servir: tipo buffet... o con pinzas

Las mantis comen por instinto visual, así que lo que no se mueve, no existe. Pero hay formas de convencerlas.

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Opciones:

  • Modo libre: sueltas el bicho y dejas que se monte la jungla.
  • Con pinzas: perfecto si tu mantis está vaga o herida.
  • Recién muertos (que aún se meneen): si no hay más opción y tu mantis acepta sobras del "día".

Suplementos, humedad y el clásico “la estás matando sin querer”

Sobre suplementos:

No los necesita si su dieta es variada. Pero si solo usas grillos, aliméntalos bien antes. Es lo que se llama gut-loading, no gut-crashing.

Agua:

  • Las mantis no beben como nosotros. Obtienen líquido de sus presas.
  • Puedes rociar agua 1-2 veces por semana. Como llovizna ligera. Nada de charcos.

Errores que te van a hacer facepalm:

  • Darle un saltamontes gigante a una ninfa (spoiler: no funciona).
  • Dejar bichos vivos durante la muda.
  • Sobrealimentar: si su abdomen parece Tamagotchi explotado... algo falla.

¿Y si no quiere comer? ¿Te está ignorando o está en huelga?

Hay días raros. Lo sabes tú y lo sabe tu mantis.

Razones comunes:

  • Está por mudar y se pone “selectiva”.
  • Hace frío y no tiene ganas ni de mirar.
  • La presa no la motiva (sí, también son exigentes).
  • El hábitat la estresa. Quizá ese adorno del terrario no le gusta. Vete tú a saber.

Consejos:

  • Revisa la temperatura: ¿está por debajo de 24 °C? Crash metabólico.
  • Cambia la presa por una más ágil.
  • Muévela con pinzas. Simula que está viva. A veces cuela.
  • Mira si tiene los ojos opacos: si sí, es muda inminente.

Una mantis feliz come con gusto (y con garra)

Cuidar a una Mantis religiosa no es ciencia cuántica, pero sí exige cariño y constancia. Lo importante es observar. Adaptarte. Entender que si no caza hoy, probablemente lo hará mañana (o no, porque... ¿recuerdas que dije que eran raras?). Es parte del encanto.

Alimentarla es un acto de conexión, casi zen. Algo que no te da un pez de colores. ¡Uf, qué nostalgia de mi primer mantis! Se llamaba Suki. Comía como un velociraptor. Pero eso ya es otra historia...

¿Te sirvió esta guía? Compártela. O mejor: cuéntame cuál fue la presa más rara que le diste a tu mantis. ¡Seguro me sorprenderás!